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Los bebés distinguen la gente mala de la buena

Aparentemente no saben gran cosa, unicamente gatean, babean y balbucean unas pocas palabras. Sin embargo, si los observamos detenidamente, poseen capacidades sorprendentes. Y una de ellas acaba de descubrirse ahora, porque los bebes son capaces de distinguir una persona mala de una persona buena.

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bebe asustadoAparentemente no saben gran cosa, unicamente gatean, babean y balbucean unas pocas palabras. Sin embargo, si los observamos detenidamente, poseen capacidades sorprendentes. Y una de ellas acaba de descubrirse ahora, porque los bebes son capaces de distinguir una persona mala de una persona buena.

Según acaba de publicar la revista Nature, mucho antes de aprender a caminar, los bebés ya son capaces de diferenciar entre alguien que los va a ayudar y alguien que les puede llegar a hacer daño. Y al igual que los adultos, ellos eligen estar alrededor de aquellos que perciben como una fuente de ayuda.

Kiley Hamlin, la autora del articulo, realizó un estudio con dos grupos de niños de entre 6 y 10 meses, a los que mostro un show de titeres. Los niños permanecian sentados en la falda de sus padres durante toda la función.

El show comenzaba con un circulo con grandes ojos redondos tratando de subir una colina. Luego se añadia un triangulo, tambien con ojos, que intentaba alzarlo para que lograse subir, y finalmente aparecia otro triangulo que, en lugar de ayudar, tiraba del circulo para impedirle subir a la colina.

Una vez acabado el espectaculo, a los bebés se les daban los triangulos para jugar con ellos. Y aqui vino la sorpresa, porque los sabios niños eligieron jugar con el bueno, y dejaron de lado el triangulo malo. Es más, cuando en el espectáculo se introdujo un triangulo neutral, que no ayudaba ni perjudicaba, los bebes siguieron prefiriendo al que ayudaba. Y cuando unicamente les ofrecian el circulo y el triangulo malo, cogian el circulo.

En todas sus elecciones siempre apartaban al triangulo malvado. Lo interesante es que los niños se alejaban de está figura aunque no les hubiese hecho ningún daño directo. La simple experiencia de haber visto las visicitudes de la circunferencia les bastaba.

Según el articulo publicado en Nature, esta capacidad puede ser una adaptacion biológica al servicio de la supervivencia, pero a la vez puede ser el fundamento del desarrollo moral posterior.

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